- Tercer visitante interestelar: 3I/ATLAS (también designado 3I/2025 A1) fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sondeo ATLAS en Chile [1]. Su órbita es fuertemente hiperbólica (excentricidad ≈6.14), lo que confirma que proviene de fuera de nuestro Sistema Solar – solo el tercer objeto de este tipo después de ‘Oumuamua y 2I/Borisov [2] [3]. La NASA lo llama un “tercer objeto conocido proveniente de fuera de nuestro sistema solar” [4].
- Antigua “cápsula del tiempo”: El análisis de la trayectoria sugiere que 3I/ATLAS se formó muy temprano en la galaxia – quizás hace 7–10 mil millones de años [5] [6]. Los astrónomos estiman que puede ser ~3 mil millones de años más antiguo que nuestro Sistema Solar de 4.6 mil millones de años [7] [8]. En resumen, es un relicto congelado de un sistema planetario ya extinto.
- Núcleo enorme y rico en carbono: Las observaciones indican un núcleo grande (aproximadamente de 2 a 6 km de diámetro) y una masa enorme (del orden de decenas de miles de millones de toneladas) [9] [10]. La espectroscopía (JWST, SPHEREx, Hubble, etc.) muestra que 3I/ATLAS es rico en dióxido de carbono y hielo de agua, pero muy pobre en monóxido de carbono [11] [12]. Su proporción de CO₂ a H₂O es extrema (~8:1) [13], lo que implica que se formó en un entorno rico en carbono o fue “muy cocido” (perdiendo CO) antes de ser expulsado de su sistema de origen [14] [15].
- Cometa activo lejos del Sol: De manera inusual para un visitante interestelar, 3I/ATLAS es muy “similar a un cometa”: brillante, activo, con una coma difusa y una cola [16] [17]. De hecho, el telescopio espacial Swift de la NASA detectó el resplandor ultravioleta de hidroxilo (OH) de 3I/ATLAS a ~3 unidades astronómicas del Sol [18] [19]. Esto indica que se está liberando vapor de agua a unos 40 kg/s (aproximadamente el caudal de una manguera contra incendios) incluso a esa gran distancia [20] [21].
- Capturado por orbitadores de Marte: El 3 de octubre de 2025, 3I/ATLAS pasó a ~30 millones de km de Marte. Los orbitadores de la ESA (Mars Express y el ExoMars Trace Gas Orbiter) capturaron imágenes del pequeño y tenue objeto [22] [23]. El cometa era extremadamente tenue – “alrededor de 10,000 a 100,000 veces más tenue que nuestro objetivo habitual”, señaló el Dr. Nick Thomas (líder de la cámara CaSSIS) [24] [25] – lo que hace que la detección sea una gran hazaña técnica.
- Sin amenaza (y sin alienígenas): Todas las pruebas muestran que 3I/ATLAS es un cometa natural, no una sonda alienígena. Su máxima aproximación a la Tierra será de ~1.8 UA (más de 270 millones de km) [26] [27]. La NASA y la ESA enfatizan que su trayectoria es un “camino de vuelo benigno” con “cero peligro” para la Tierra [28] [29]. El científico de la ESA Dr. Michael Küppers recalca que “se ve como un cometa y se comporta como un cometa” sin señales de tecnología [30].
Estos asombrosos descubrimientos provienen de observaciones coordinadas en todo el mundo. A continuación, profundizamos en los detalles: lo que hemos aprendido sobre 3I/ATLAS, cómo se compara con otros visitantes interestelares y por qué los científicos están tan emocionados.
¿Qué es 3I/ATLAS? Un raro cometa interestelar
3I/ATLAS (a veces llamado simplemente “ATLAS”) es un cometa interestelar: un trozo de hielo y roca que se formó alrededor de una estrella lejana y ahora atraviesa nuestro Sistema Solar en un viaje sin retorno. Fue detectado por primera vez el 1 de julio de 2025 por el telescopio Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS) en Chile [31]. Los análisis posteriores confirmaron rápidamente su órbita hiperbólica y alta velocidad (~210,000 km/h) [32], lo que demostró que no está ligado al Sol y nunca regresará. El Minor Planet Center lo designó oficialmente como el tercer objeto interestelar jamás encontrado [33], después de ‘Oumuamua en 2017 y el cometa Borisov en 2019.
Según la NASA, “cuando se rastrea la órbita de 3I/ATLAS hacia el pasado, el cometa claramente se origina fuera de nuestro sistema solar” [34]. Su descubrimiento fue sorprendente: como bromeó un escritor científico, “esperas siglos para que llegue un cometa interestelar y luego aparecen tres de una vez” [35]. En contraste con los dos anteriores, 3I/ATLAS es el más “parecido a un cometa” hasta ahora. ‘Oumuamua apareció como un asteroide seco y rocoso, y Borisov estaba activo pero se mantuvo lejos del Sol. 3I/ATLAS, sin embargo, es grande, brillante y libera activamente gas y polvo a medida que se acerca al Sol [36] [37]. Michael Küppers, de la ESA, comenta que estos objetos interestelares son “los primeros bloques de construcción que podemos observar de [otros] sistemas estelares… Nos cuentan sobre las condiciones en el sistema estelar donde se formaron” [38].
Modelos astrofísicos sugieren que 3I/ATLAS se formó hace miles de millones de años en un sistema distante. Su órbita indica que entró al Sistema Solar desde la dirección de Sagitario, aproximadamente en el plano de los planetas [39]. Basándose en su trayectoria y química inusual, los astrónomos estiman que su edad de formación podría estar en el orden de 7 a 10 mil millones de años, lo que significa que se condensó en un disco planetario naciente mucho antes de que existiera la Tierra [40] [41]. De hecho, Space.com informa que “los astrónomos creen que es el cometa más antiguo jamás observado, con un nacimiento que precede al de nuestro propio sistema solar por quizás tres mil millones de años” [42]. En resumen, 3I/ATLAS es una cápsula del tiempo cósmica que transporta material primordial de un mundo alienígena.
Un “supercometa” rico en carbono
Las mediciones telescópicas y de naves espaciales muestran que 3I/ATLAS es inusualmente grande y masivo para un cometa. Al analizar la coma y la cola en imágenes del Hubble, los astrónomos limitaron su núcleo a un orden de unos pocos kilómetros de diámetro (las estimaciones llegan hasta ~5–6 km) [43] [44]. Incluso en el extremo inferior, es mucho más grande que ‘Oumuamua (≲0,4 km) o Borisov (~1 km) [45] [46]. Su masa también es enorme: del orden de 3×10^10 toneladas (decenas de miles de millones de toneladas) [47] [48], comparable a una pequeña montaña en la Tierra. Un estudio señala que esto es “mucho más grande que los dos visitantes interestelares anteriores” [49].
La espectroscopía del JWST, el nuevo telescopio SPHEREx de la NASA y otros instrumentos ha revelado una composición sorprendente. La coma (atmósfera tenue) de 3I/ATLAS está envuelta en una niebla de gas de dióxido de carbono que se extiende a cientos de miles de kilómetros [50]. De hecho, SPHEREx detectó CO₂ hasta ~348,000 km del núcleo [51]. También hay señales de hielo de agua, pero el monóxido de carbono (CO) es notablemente escaso. Esto le da a 3I/ATLAS una proporción de CO₂ a H₂O de aproximadamente 8:1, una de las más altas jamás vistas en un cometa [52]. La científica de Johns Hopkins, Carey Lisse, comenta que una proporción de CO₂/H₂O tan alta “sugiere que 3I/ATLAS fue bien horneado y hervido” en su sistema de origen antes de ser expulsado [53] [54]. En otras palabras, probablemente se formó en una región cálida y rica en carbono.
En contraste, 3I/ATLAS es relativamente pobre en otros volátiles como el cianógeno (CN). Los datos espectrales muestran que es químicamente distinto de sus predecesores: ‘Oumuamua era esencialmente seco y rocoso, Borisov tenía una mezcla cometaria típica (rica en CO), mientras que ATLAS está dominado por agua y CO₂ [55] [56]. Esta diversidad entre los visitantes interestelares subraya que diferentes sistemas estelares pueden crear químicas cometarias dramáticamente diferentes [57] [58].
Lanzando agua desde lejos
La noticia más sensacional reciente sobre 3I/ATLAS es la detección de agua siendo liberada lejos del Sol. A principios de octubre de 2025, astrónomos que utilizaban el satélite Swift de la NASA anunciaron que habían detectado la tenue “huella” ultravioleta del gas hidroxilo (OH) en la coma de 3I/ATLAS [59] [60]. El hidroxilo se produce cuando la luz solar divide las moléculas de agua, por lo que su presencia es una clara evidencia de que el cometa está emitiendo H₂O. Lo que lo hace extraordinario es la distancia del cometa en ese momento: aproximadamente 2.9 UA del Sol (casi tres veces la distancia Tierra–Sol) [61]. Eso está muy por fuera de la “línea de hielo” habitual, donde la luz solar es lo suficientemente fuerte como para sublimar directamente el agua de la superficie de un cometa.
El análisis, publicado en Astrophysical Journal Letters, encontró que 3I/ATLAS estaba perdiendo agua a ~40 kilogramos por segundo [62] – “aproximadamente la salida de una manguera de incendios funcionando a máxima potencia”, en palabras de la NASA [63]. Para ponerlo en perspectiva, al menos ~8% de su superficie debe estar activamente liberando gases (los cometas típicos muestran solo un 3–5% de actividad) [64] [65]. La explicación principal es que 3I/ATLAS está expulsando microscópicos granos de polvo helado, que luego son calentados incluso por la luz solar débil y liberan vapor de agua. Esencialmente, el agua es indirecta: “pequeños granos helados liberados del núcleo” se subliman bajo la luz solar para alimentar la coma [66] [67]. Este mecanismo de dos pasos solo se ha visto en unos pocos cometas muy distantes en nuestro sistema, y desafía los modelos existentes de cometas.Como explica el Dr. Dennis Bodewits de la Universidad de Auburn (coautor del estudio), “Cuando detectamos agua —o incluso su tenue eco ultravioleta, OH— de un cometa interestelar, estamos leyendo una nota de otro sistema planetario” [68]. Señala que encontrar agua en 3I/ATLAS significa que “los ingredientes para la química de la vida no son exclusivos de nuestro propio [sistema solar]” [69] [70]. El autor principal Zexi Xing añade: “Cada cometa interestelar hasta ahora ha sido una sorpresa”; la actividad de agua lejana de ATLAS ya está reescribiendo nuestra comprensión de estos objetos [71]. El resultado tiene “implicaciones asombrosas”, dicen los investigadores, para cómo compuestos clave como el agua y los orgánicos viajan por el espacio.
Naves espaciales y telescopios en alerta
Desde su descubrimiento, 3I/ATLAS ha sido monitoreado de cerca por una flota de observatorios. Telescopios terrestres siguieron su coma y cola en aumento de brillo durante el verano de 2025. Los telescopios espaciales también lo han observado: Hubble obtuvo imágenes nítidas mostrando una coma en forma de lágrima, y JWST (y luego SPHEREx) examinó su espectro infrarrojo. De hecho, 3I/ATLAS fue tan significativo que numerosas misiones estaban listas para observarlo mientras pasaba. La NASA había planeado observaciones con Swift, TESS, el Orbitador de Reconocimiento de Marte, incluso los rovers marcianos (Spirit, Opportunity, Curiosity), además de misiones futuras como Europa Clipper [72]. (Todos estos apuntaron al cometa mientras se alejaba, ya que la mayoría de las naves no estaban en posición para un sobrevuelo rápido). El cierre gubernamental en EE. UU. en el otoño de 2025 ha puesto en pausa temporalmente algunas comunicaciones de la NASA, pero los científicos siguen entusiasmados.
La ESA también organizó una campaña en torno al sobrevuelo de 3I/ATLAS por Marte. Cuando el cometa pasó la distancia orbital de Marte el 3 de octubre, el Orbitador de Gases Traza (TGO) de la ESA y Mars Express tomaron imágenes. El resultado sorprendió a ingenieros y astrónomos: aunque sus cámaras están ajustadas para el brillante terreno marciano, captaron el tenue cometa. Colin Wilson, científico del proyecto para ExoMars y Mars Express, expresó que “siempre es especialmente emocionante verlos responder a situaciones inesperadas como esta” [73]. El Mar, nuestros orbitadores aún más emocionados de presenciar un visitante interestelar en su cielo. (En contraste, la cámara HiRISE de MRO también fotografió el cometa ese día, pero esos datos de alta resolución aún están siendo procesados y no son públicos hasta octubre de 2025).
Mientras tanto, los telescopios Webb y Hubble han continuado monitoreando 3I/ATLAS. Todos estos flujos de datos –desde el ultravioleta hasta el infrarrojo– están siendo sintetizados para mapear el comportamiento del cometa a medida que se calienta. Por ejemplo, al acercarse al perihelio el 29-30 de octubre (a ~1.4 UA), probablemente la actividad ha aumentado. La misión JUICE de la ESA (Jupiter Icy Moons Explorer) también lo observará: está programada para comenzar a observar 3I/ATLAS el 2 de noviembre, justo después del perihelio [74]. Los científicos literalmente están compitiendo para caracterizar la composición cambiante de la coma del cometa y las tasas de liberación de gases antes de que desaparezca nuevamente en el Sistema Solar exterior.
Desmintiendo rumores: ni alienígenas, ni fin del mundo
A medida que se difundió la noticia de 3I/ATLAS, la fascinación pública trajo consigo especulaciones salvajes. Un puñado de comentaristas (notablemente Avi Loeb de Harvard) incluso sugirieron que la estela vista por la cámara de Perseverance el 4 de octubre podría ser 3I/ATLAS, y que su forma lineal podría insinuar artificialidad. Sin embargo, el consenso científico es claro: no hay evidencia de tecnología alienígena. La extraña estela en la imagen de la Navcam del rover se explica fácilmente como un artefacto de larga exposición. El propio Loeb señala que la cámara de Perseverance apiló muchas imágenes de 30 segundos, por lo que un objeto en rápido movimiento aparece como una línea – el cometa sería un punto en cada exposición corta [75] [76]. En resumen, nada en las observaciones de 3I/ATLAS exige algo más exótico que un cometa ordinario.
Tanto la NASA como la ESA han desacreditado públicamente las teorías del fin del mundo y de “naves espaciales alienígenas”. Las agencias enfatizan que la órbita de 3I/ATLAS lo lleva de manera segura lejos de la Tierra [77]. Como dijo una fuente, la NASA calificó este encuentro como un “sobrevuelo cósmico remoto sin riesgo de impacto” [78] [79]. Küppers, de la ESA, descartó sucintamente la hipótesis de la nave, afirmando que 3I/ATLAS “se ve como un cometa y se comporta como un cometa” [80]. Sin señales de tecnología, sigue siendo una oportunidad extraordinaria para estudiar material natural de más allá de nuestro sistema estelar.
Comparando visitantes interestelares
Cada objeto interestelar que hemos visto cuenta una historia diferente. ‘Oumuamua (1I/2017 U1) tenía forma de cohete, giraba rápidamente y no mostró ninguna coma detectable: era una clase completamente nueva de cuerpo rocoso seco. Borisov (2I/2019 Q4) se comportó como un cometa helado típico, con chorros de agua y CO, pero nunca se acercó mucho al Sol. Ahora 3I/ATLAS (3I/2025 A1) está abriendo otro nicho: un cometa masivo, muy activo, con un núcleo rico en carbono y agua y una desgasificación extrema lejos del Sol.
En un aspecto, 3I/ATLAS es similar a los cometas solares: realmente tiene cola y es volátil, solo que potenciado. En otro, es único: su alta proporción de CO₂/H₂O y la liberación de agua a gran distancia no se han visto en cometas locales. Estas diferencias resaltan la increíble diversidad de la química de los sistemas planetarios en toda la galaxia. Como señala el Times of India, la composición de ATLAS lo hace “químicamente distinto” de sus predecesores: es rico en agua y pobre en CN, mientras que Borisov era rico en CO y ‘Oumuamua era estéril [81].
Estudiar a estos visitantes interestelares permite a los astrónomos comparar los “ingredientes” de otros sistemas con los nuestros. Si ‘Oumuamua parecía casi como un “barco de madera” sin nada volátil, y Borisov más como una “bola de nieve sucia” familiar, entonces 3I/ATLAS es otro “sabor” completamente distinto. Cada uno es un mensajero de otro vivero estelar, y ninguno encaja en el mismo molde. Como dice Xing, cada cometa interestelar “cuenta una historia diferente” sobre cómo y dónde se formó [82].
Por qué importa: pistas sobre la formación planetaria y la vida
La emoción por 3I/ATLAS se debe en parte a la rara oportunidad que ofrece: por primera vez, podemos muestrear directamente material de otro sistema planetario de cerca. Los gases y el polvo que desprende están cargados de información sobre entornos exóticos. El agua, los compuestos orgánicos y la proporción de compuestos de carbono que transportan estos cometas podrían iluminar cómo se distribuyen los bloques de construcción de la vida en la galaxia. Como dice Bodewits, detectar agua en 3I/ATLAS “nos dice que los ingredientes para la química de la vida no son exclusivos de nuestro propio sistema” [83] [84].
Además, comprender el comportamiento de ATLAS ayuda a perfeccionar nuestros modelos de cometas y formación planetaria. Por ejemplo, el agua lejana sugiere una estructura de hielo compleja y estratificada en el núcleo. Su composición rica en carbono puede informar teorías sobre cómo evolucionaron los discos protoplanetarios alrededor de otras estrellas. Cada nuevo dato ayuda a poner a prueba ideas sobre el transporte interestelar de volátiles, la frecuencia de cuerpos portadores de agua e incluso hipótesis como la panspermia (el intercambio interestelar de semillas de vida).
Mirando hacia el futuro, la historia de 3I/ATLAS aún se está desarrollando. A medida que pase por el perihelio a finales de octubre de 2025 y regrese hacia el sistema solar exterior, los astrónomos seguirán observando cómo cambia su actividad. La misión JUICE de la ESA, telescopios terrestres y posiblemente rovers en Marte continuarán las mediciones hasta finales de 2025. Al comparar 3I/ATLAS con cometas de nuestro propio sistema, los científicos buscan situar a este visitante alienígena en la misma escala empírica. La investigación publicada hasta ahora (la detección de OH por Swift) es solo el comienzo.
En resumen, 3I/ATLAS se ha convertido rápidamente en el cometa interestelar mejor estudiado gracias a su tamaño y brillo. Está proporcionando una gran cantidad de datos sobre material proveniente de más allá de nuestro Sol. Como dicen los expertos, esta es una oportunidad única en una generación para conocer la composición de otros mundos [85] [86]. Los descubrimientos – desde penachos de dióxido de carbono hasta chorros de agua tipo “manguera” – ya están asombrando a los astrónomos y pueden cambiar nuestra visión de cómo se forman los sistemas planetarios y cómo se distribuye el agua en el espacio.
Fuentes: Consultamos comunicados recientes de la NASA y la ESA, estudios revisados por pares y reportes de prensa [87] [88] [89] [90] [91] [92], incluyendo comentarios de científicos de misión y astrofísicos. Estos proporcionan las últimas perspectivas sobre 3I/ATLAS y su importancia.
References
1. ts2.tech, 2. ts2.tech, 3. ts2.tech, 4. science.nasa.gov, 5. ts2.tech, 6. www.space.com, 7. ts2.tech, 8. www.space.com, 9. ts2.tech, 10. ts2.tech, 11. ts2.tech, 12. ts2.tech, 13. ts2.tech, 14. ts2.tech, 15. ts2.tech, 16. ts2.tech, 17. ts2.tech, 18. www.space.com, 19. www.space.com, 20. www.space.com, 21. timesofindia.indiatimes.com, 22. ts2.tech, 23. abcnews.go.com, 24. ts2.tech, 25. abcnews.go.com, 26. ts2.tech, 27. ts2.tech, 28. ts2.tech, 29. ts2.tech, 30. ts2.tech, 31. ts2.tech, 32. ts2.tech, 33. ts2.tech, 34. science.nasa.gov, 35. ts2.tech, 36. ts2.tech, 37. ts2.tech, 38. ts2.tech, 39. ts2.tech, 40. ts2.tech, 41. www.space.com, 42. www.space.com, 43. ts2.tech, 44. ts2.tech, 45. ts2.tech, 46. ts2.tech, 47. ts2.tech, 48. ts2.tech, 49. ts2.tech, 50. ts2.tech, 51. ts2.tech, 52. ts2.tech, 53. ts2.tech, 54. ts2.tech, 55. timesofindia.indiatimes.com, 56. www.thebrighterside.news, 57. www.thebrighterside.news, 58. timesofindia.indiatimes.com, 59. www.space.com, 60. phys.org, 61. www.space.com, 62. www.space.com, 63. www.space.com, 64. www.space.com, 65. timesofindia.indiatimes.com, 66. phys.org, 67. timesofindia.indiatimes.com, 68. phys.org, 69. www.space.com, 70. phys.org, 71. phys.org, 72. www.space.com, 73. www.space.com, 74. www.space.com, 75. www.space.com, 76. www.space.com, 77. ts2.tech, 78. ts2.tech, 79. www.space.com, 80. ts2.tech, 81. timesofindia.indiatimes.com, 82. phys.org, 83. www.space.com, 84. phys.org, 85. ts2.tech, 86. phys.org, 87. ts2.tech, 88. www.space.com, 89. phys.org, 90. abcnews.go.com, 91. timesofindia.indiatimes.com, 92. ts2.tech